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14/03/2009

The rules of the game

What are you to me tonight?
Other than
Something we know from the past
Is that a laugh we had?

Why are we here tonight?
Are you sure?
Before the night is over
I'll be yours

It's the rules of the game
The rules of the game
What can I do?
There's no thing as a lie
No thing as a lie
More as the truth

Do you think it's right
Just to stare
Straight into a picture
All zero and one

Who am I to you tonight?
Look at me
"Don't talk", he says:
"Hmm let it be"

It's the rules of the game
The rules of the game
What can I do?
There's no thing as a lie
No thing as a lie
More as the truth

It's the rules of the game
The rules of the game
Don't ask me why
No one knows how to win
Or knows what is fair
We just get by

It's the rules of the game
It's the rules of the game

31/10/2007

Languis

Para Romi

Poner play primero



Los 80´s. Pista iluminada como correspondía (y digo pista). Ok, el momentum de los primeros golpecitos de 'Cuando pase el temblor' eran importantes; generaban cierto estado de conmoción pero eso no hubiera alcanzado. Ni el video del norte argentino (genio y adelantado Mr Lois chapó donde quiera que usted esté). Ni los sobretodos estilo caminando-por-Reconquista-mientras-canto-una-de-The-Cure-llego-a-Palladium. No. Eso, lo juro, eso no sumaba tanto.

La verdad hay que decirla: los comienzos de Soda son de Charly Alberti. Porque los early descubridores del pop dietético no alcanzaban ni en pedo. Fuimos las chicas las que sostuvimos la escalada de la Bestia Pop. Ni 'El Indio se la come, Cerati se la da' o su viceversa alcanzaban a igualar el micromarketing de escuela secundaria (si alguien necesita una muestra del poder de la herramienta, que recuerde que fuimos las chicas de secundario las que creamos galanes imposibles en feos y sin garbo como los claros casos de Ralph (Karate Kid) Machio, o de Andrew (La chica de rosa) Mccarthy).

Y volviendo a la verdad, que no fue el talento de Gustavo Cerati ni el power bajo de Zeta Bosio sino las virtudes físicas del rubio Charly Alberti lo que nos hacía escribir Soda en la carpeta y comprar los discos. Y finalmente bailarlo en las discotecas, creando el mito. Sigamos en tren de verdades y, digan lo que digan hoy, a todas, pero a todas, nos gustaba Alberti. Cuando él revoleaba el flequillo/jopo y caminaba (como en zancos) era para gritarle: "Alberti, Alberti, que lindo sos Alberti".

Resulta que pasa el tiempo y una va descubriendo que sabía bien poco de muchas cosas. Pasa el tiempo y Deborah se come un Alberti y se gana nuestro respeto (nuestro es igual a "yo y mis amigas quienes pensamos siempre que a un Pancho Dotto se lo come cualquiera"). El tiempo vuelve a pasar y ante estas revelaciones tontas, que podrían tildarse casi de sin sentidos, se nos vuelve a aparecer Deborah y nos chista (para avivarnos) mientras se come un Cerati. Ya nos parece sospechoso. Le sumamos unos diez años y es certeza: unos discos solistas que son bellos desde la tapa hasta el tuétano y un día donde vuela todo por los aires mientras suena el riff de la guitarra conocida. Sin vuelta atrás, una se da cuenta de que Cerati era el verdadero lindo y de que Deborah era casi un profeta.

Ya sólo quedan dos verdades. La primera reza que en pleno Vladimir (un bar de ¿fines de los ochenta?) a la dedicada y una servidora los mismísimos Cerati y Alberti nos encararon y nos fuimos al mazo (algo que redobla nuestra ignorancia de las verdades de la vida entonces). Y la segunda es que finalmente los conocimos (aunque, como a la verdad hay que decirla, nunca íntimamente) y, nada personal, pero qué bueno era cuando sólo sonaba Soda Stereo y una creía que el lindo era Alberti. La verdad puede ser sólo una mala puñalada.

Con un poco de resaca de viejos tiempos. Aquí el mentado tema (y video) como ayudita.

27/10/2007

¿Qué ves cuando me ves?

Anoche nos quedamos en casa tomando un vino con Heather, mi amiga y compañera de piso. Ella me cuenta del norte de esta isla reino y yo la hago reir imitando el acento de los de su barrio. Ella me hace chistes sobre mi nuevo flequillo y lo parecida que estoy a una actriz inglesa y yo le cuento de mi vida en Argentina y de cuando mi madre era azafata. Ya más copas y terminamos hablando de hombres del pasado. Hasta que ella me pregunta si no pienso escribir mis memorias y yo le contesto que tengo escritos varios diarios íntimos (interrumpidos, claro), donde de alguna manera aparecen casi todos los que merecen ser recordados. Y que a veces pienso en escribir una novela donde todo se mezcle pero que de algún modo tendrá muchas de esas escenas que valdrían unas memorias.

Actualmente ando muy interesada en el tema de la síntesis. Eso. Aprender algo de lo sintético. Pasar del análisis, de la separación del todo y el estudio de las partes, para llegar a la sintesis: algo asi como unir las partes del todo para obtener una respuesta.



PS: Una canción cantada por un hombre que no fue mío pero, si en tren de sinceridades estamos, más me hubiera gustado.